José Antonio Méndez en ReL
Su extensa trayectoria profesional le ha hecho valedor de ese prestigio y es considerado como uno de los escritores que más y mejor conocen el entramado secreto de la masonería. Quizá por eso, este catedrático de Historia Contemporánea de España y ex ministro de Cultura con el Gobierno de Adolfo Suárez nunca se niega a arrojar un poco de luz sobre un tema tan oscuro.
Y lo mismo le da hacerlo a través de uno de sus múltiples libros que en una entrevista. Sus palabras suenan firmes, con la autoridad propia de una persona que sabe perfectamente de lo que habla. Y aunque sus conclusiones están bañadas de neutralidad histórica, no esconde su visión sobre cuál debe ser el papel de los cristianos frente a los ataques.
- Hay quien ha dicho que la Unión Europea está plagada de masones. ¿Existe, realmente, una presencia tan fuerte de las sociedades secretas en la UE?
- Evidentemente sí. Así lo demuestra aquel artículo de la Constitución Europea sobre la tolerancia activa con las sociedades filosóficas, vamos, la masonería, y una tolerancia mucho más restrictiva con las confesiones cristianas. La presencia de las sociedades secretas es tan fuerte que en la UE hay una gran defensa de la masonería.
- ¿En qué medida han influido los masones en la redacción de la Constitución?
- Ellos fueron los redactores del proyecto de tratado constitucional. Fueron sus creadores. El francés Valéry Giscard D´Estaing, masón reconocido, era uno de sus impulsores. Además, él es uno de los principales valedores de la masonería en Europa.
-Y ¿están también presentes en otros organismos comunitarios?
- Por supuesto. La masonería está inserta en toda Europa. Incluso ya tiene mayoría en el Parlamento Europeo y una presencia clarísima en otras instituciones comunitarias como el Consejo de Europa, el Consejo de Ministros...
- Esta presencia de los masones en la Unión, ¿qué consecuencias tiene o puede tener para los ciudadanos?
- Desde luego, redundará en la descristianización paulatina de Europa y de su sociedad. Supondrá el retorno al paganismo, al gnosticismo. Para los cristianos habrá más trabas, más peligros, más asedios a la Iglesia católica, que vuelve a enfrentarse con el paganismo, como si estuviésemos en el siglo IV. Es muy probable que reaparezcan diversos problemas sociales, económicos o políticos motivados por la secularización que intentarán llevar a cabo... Intentarán, seguro, que desaparezcan los valores cristianos de la sociedad para quedar subordinados a valores deístas, ambiguos.
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